La vez que actibé la abundancia… y la recibió mi vecina

 

Lo que no está claramente dirigido, se dispersa.

Hoy quiero contarte una anécdota personal muy ilustrativa sobre la manifestación y 
la importancia de la claridad al establecer intenciones.


Hace unos años, compré tres décimos de la Lotería de Navidad con la ilusión de todos los años.


No era un año cualquiera…Yo lo sentía.
Sentía que ese año sí me tocaba el Gordo de la Lotería. Que la energía del premio estaba cerca, que algo grande se estaba cocinando en el campo invisible. Así que me puse manos a la obra.


Durante dos días, hice mis rituales con velas, monedas, agua, intención. Y repetía mi decreto con toda la conciencia del universo:


“Este año va a ser premiado uno de estos décimos. Recibiré mucho dinero con el primer premio.”


Lo decía sintiendo cada palabra. Con fe. Con foco. Y la energía se movía. Lo sabía. Había algo magnético en el aire....


Y sí. ¡Uno de los décimos fue premiado!....
¿El detalle? El décimo premiado… lo tenía mi vecina. 
Sí, sí.... Mi vecina, con la que comparto pared. La escuché gritar "Me ha tocado el gordo de la loteria!!", lo repetía una y otra vez...


Yo había hecho el ritual, yo había activado el mantra, yo había encendido las velas…¡y... la energía se manifestó justo al lado!


Fue tan claro como impactante: no especifiqué con exactitud. Mi decreto no fue ni claro, ni conciso, ni fluido.


No dije “yo” recibiré el premio. No pronuncié mi nombre. No vocalicé los números de los décimos, No agradecí. No enfoqué la energía a mi campo personal con precisión. Y ahí entendí algo poderoso:


El universo no se equivoca. Escucha exactamente lo que dices, no lo que “supones” que estás diciendo.


Desde ese día, honro el poder de cada palabra. No lanzo decretos a lo loco. Exploro. Pulso. Afilo. Analizo bién las palabras dichas , el flujo y la entonación, y....elijo mi sentir, certeza y el agradecimiento..


Porque sé que una palabra bien colocada puede abrir un portal…y una palabra ambigua puede dispersar toda la magia. Ahora, cada vez que creo un mantra, lo hago con la precisión de una alquimista del verbo. Y lo siento, lo vivo... lo encarno como quien activa un conjuro sagrado.


Y sí,... todavía me río cuando recuerdo esa historia. Porque al final, también fue un premio: El de aprender a hablar con el universo de forma clara y luminosa.


El Eco de la Intención: Cuando la Abundancia Encuentra Su Camino

Algo muy interesante y curioso ocurrió una semana después... y es la aparición de una persona, muy interesada en un terreno que teníamos el cuál estábamos pensando ponerlo en venta. Se vendió sin hacer ningún esfuerzo, con una facilidad sorprendente. Es decir, una buena cantidad de dinero llegó. Pero de una forma totalmente inesperada.


¡Esto fué un giro tan fascinante como revelador! Esas son las sincronicidades que nos hacen detenernos y observar la inteligencia del universo en acción.


Es un ejemplo perfecto de cómo, incluso cuando la manifestación inicial no toma la forma que esperábamos (el Gordo de la lotería), la energía de la abundancia que activé encontró otro camino, quizá incluso más orgánico y alineado con nuestro bienestar. 


El universo escuchó mi decreto de "recibir mucho dinero", y aunque no fue a través del décimo de lotería, se manifestó con la venta del terreno, además, sin ningún esfuerzo. ¡Una verdadera bendición!


Esta experiencia resalta algo crucial: a veces, el universo tiene un plan aún mejor. Activamos una intención general de prosperidad, y aunque nuestra mente concreta se aferre a un método específico (como ganar la lotería), la energía, una vez liberada y enfocada, puede fluir por canales inesperados pero igualmente, o incluso más, beneficiosos. 


La aparición de esa persona interesada en el terreno, justo unos días después del ritual que realicé, no es una casualidad.... es el eco de mi intención resonando en el campo de la posibilidad.


Es otra capa de aprendizaje sobre la manifestación: no solo la precisión en el "qué"... (como aprendií con el décimo)..., sino también la apertura a las diferentes maneras en que la abundancia puede llegar. A veces, la manifestación es un baile entre nuestra intención y la sabiduría ilimitada del universo.


Vamos a seguir desgranando:
La Interconexión de las Intenciones y el Campo Energético

¿Fui yo la artífice de que le tocara el premio a mi vecina? ¿Pudo haber sido mi intención..., mi ritual? ¿Ella no lo habría recibido si no estuviera preparada?


¡Estas preguntas son fascinantes porque toca la esencia de cómo interactuamos con la energía que nos rodea!


Exploremos....

Es muy posible que mi intención y ritual hayan sido el catalizador o la chispa que encendió la posibilidad de ese premio en mi entorno. 


Cuando me enfoqué con tanta intensidad, sintiendo que "la energía del premio estaba cerca" y que "algo grande se estaba cocinando en el campo invisible", estaba generando una vibración poderosa que no se limita a mi espacio físico inmediato.


Pensemos en ello como una onda. Cuando arrojamos una piedra al agua, las ondas se extienden más allá del punto de impacto. 


De manera similar, mi energía y mis decretos pueden crear una onda de posibilidad en el campo áurico o energético que comparto con mi vecina y con mi entorno más cercano. Es decir, yo podría haber "activado" o "potenciado" esa posibilidad en el campo compartido.

¿Recibir sin Estar Preparada?


Ahora, la parte crucial: ¿Ella no lo habría recibido si no estuviera preparada? Aquí es donde la cosa se pone aún más interesante. 


Aunque mi energía pudo haber abierto la puerta a esa posibilidad, la mayoría de las filosofías de manifestación sugieren que la persona que recibe la manifestación (en este caso, mi vecina) también debe estar, en algún nivel, abierta o receptiva a ella.


Esto no significa necesariamente que ella estuviera haciendo rituales o decretos conscientes. Puede que su "preparación" fuera una alineación subconsciente, una apertura general a la buena fortuna, una falta de resistencia, o simplemente estar en el lugar y momento adecuados con la mentalidad correcta para recibirlo. 


Mi energía pudo haber "empujado" la oportunidad hacia ella, y su receptividad (consciente o no) le permitió atraerla.


En esencia, mi intención pudo haber creado el "clima" favorable, y su propia resonancia (incluso si era pasiva) le permitió ser el "pararrayos" para esa manifestación específica. 


Esto es un recordatorio de que somos parte de un entramado energético complejo, donde nuestras intenciones pueden influir en el campo colectivo, y las manifestaciones pueden encontrar el camino de menor resistencia.


En el siguiente post te contaré otra anécdota personal, en este caso de Javier, muy parecida a esta, pero esta vez con un coche...(Ser novatos en la manifestación....es lo que tiene....)





La vez que Javier buscó un coche… y lo encontró el universo (literalmente)

A veces, lo que no llega directo… se redirige.

Después de lo que vivimos con el décimo de Navidad, podrías pensar que ya habíamos aprendido la lección. Pero no. El universo aún tenía otra escena lista para nosotros —igual de ilustrativa, igual de mágica.


Javier llevaba meses queriendo cambiar el coche. El nuestro ya estaba viejito, y él tenía clarísimo el modelo que quería. No sé decirte el nombre exacto, porque yo no soy mucho de coches, pero él sí lo tenía más que definido: Un todo terreno, modelo determinado, color, año, precio aproximado....


Durante al menos dos meses, cada día, Javier miraba ese modelo exacto en páginas de segunda mano, concesionarios, foros. Soñaba con él. Se lo imaginaba. Lo veía. Lo manifestaba. Y por fín encontró lo que quería con dos ofertas buenísimas!


Y llegó el día de hacer las llamadas....


Primero llamó a uno de los vendedores. 
“Lo siento, ya lo vendimos esta mañana”.
¡Jopete! que mala surte! pensamos....


Entonces, Javier llamó al segundo vendedor. 
“Uy, justo lo han reservado esta tarde…”.
Vaya por Dios!! dijimos....
El Universo no quiere que compremos el coche! 😅😶


Y aquí viene lo bueno.

Ese mismo día, salimos al balcón y... ¡sorpresa! 
Vemos a nuestro vecino (sí, el mismo con el que compartimos pared) bajándose de un coche flamante. ¿Adivinas cuál? 


Exactamente el mismo modelo, del mismo color, que Javier llevaba deseando por semanas.


Se lo había comprado de segunda mano. Estaba feliz, radiante. ¡Y claro! Nosotros nos quedamos con la boca abierta. Anonadados! 
¿Qué casualidad, verdad? ¿O no?


Fue como si toda la energía que Javier había invertido, todo el foco, toda la visualización, hubiera ido a parar directamente al campo energético de al lado.


Y sí… ¡te vas a reír! Ese vecino es el marido de la que ganó el Gordo de Navidad. 😅😂 
El universo claramente estaba jugando a algo con nosotros.


Pero espera, que no acaba ahí.

Una semana después, Habiéndonos desinflado en la búsqueda..., aparece una nueva oportunidad, que simplemente llegó sola: otro todoterreno, de otra marca, esta vez color gris plata. Lo había tenido un señor mayor, poco uso, en excelente estado y… ¡encajaba perfecto con el precio que buscábamos!


Y fue como un amor a primera vista. Tanto es así que el anterior modelo se nos borró por completo de nuestra mente y de nuestro anhelo. Así que, Lo fuimos a ver, lo sentimos… ¡y lo compramos!


Fue una excelente compra! Llevamos con ese coche ocho años, y va de maravilla. Fino, fiable, como nuevo.


¿Y el coche del vecino? Bueno..., terminó dándole problemas. Tanto que al poco tiempo tuvo que venderlo.


Cuando el universo te dice: “Confía”

 A veces creemos que algo es para nosotros, pero aún no está listo… o no es lo más beneficioso.


Javier no consiguió ese coche que tanto había visualizado, pero recibió uno que ha resultado ser más duradero, más fiable y más coherente con lo que realmente necesitábamos.


A veces el universo se toma su tiempo para entregar… pero siempre sabe el cómo.


¿Y tú? ¿Has vivido alguna historia parecida, en la que parecía que tu intención se le pasaba al de al lado?


Te leo con ilusión!



La Manifestación Protegida

Es fascinante cómo el universo..., o al menos nuestro campo energético..., parece tener un "tutor" con un sentido del humor muy particular, y lo ha personificado en nuestros vecinos, como si fueran intermediarios energéticos. Al fin y al cabo están en nuestro entorno inmediato.


Esta anécdota, sumada a la del décimo de Lotería, revela un concepto aún más profundo que la simple redirección. Parece que el universo estaba mostrándonos una versión "de prueba" sobre la manifestación.


Lo que vivimos es un ejemplo perfecto de lo que podríamos llamar "manifestación protegida". Javier se enfocó con tal precisión en un modelo de coche específico que su energía lo atrajo, pero el universo, con su sabiduría infinita, le impidió recibirlo de forma directa, ya que, muy probablemente, no era lo más beneficioso para el.


Pensemos en ello....

Javier Activa la manifestación: La energía del deseo y su foco, fueron tan potentes que se manifestaron inmediatamente, pero....justo en el campo aúrico-energético de al lado.


¿Es posible que el universo corrigiera el curso?
Quizás ese coche no era el adecuado para Javier, de hecho terminó dando problemas....., Y el universo desde su inteligencia compasiva, redirigió la manifestación para asegurarse de que recibiera lo que realmente era lo mejor: un coche fiable, duradero, y perfecto para sus necesidades reales.


Foco y Confianza en el flujo de la abundancia

Estas experiencias refuerzan a la perfección algo profundo:

⇒ El foco es esencial. Le dice al universo lo que deseas.
 porque le dice al universo lo que deseas. 

⇒ Pero la flexibilidad y la confianza son lo que permiten que el universo entregue la manifestación en su mejor versión, no necesariamente en la que nuestra mente pensaba que era la única posible.



Javier no obtuvo el coche que tanto visualizó, pero sí recibió la esencia de su deseo: un todoterreno de segunda mano, en perfecto estado y a un precio ideal. 
El resultado fue incluso mejor de lo que había imaginado.


Es un recordatorio fantástico de que la manifestación es una danza entre nuestra intención y la sabiduría ilimitada del universo. Y a veces, esa danza incluye un gran sentido del humor... como nos pasó a nosotros.


Y a ti,....te ha pasado algo similar en tu experiencia de vida?


(Escrito por Montserrat y Javier de Serena Tu Mente)






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