Las Verdaderas Maravillas del Mundo: Una Lección que Cambia Perspectivas



En una escuela primaria, una maestra pidió a sus alumnos una tarea aparentemente sencilla: hacer una lista de las siete maravillas del mundo moderno. Las respuestas comenzaron a llegar con rapidez. Había consenso en muchas:


  • Las pirámides de Egipto
  • El Taj Mahal
  • El Gran Cañón del Colorado
  • El Canal de Panamá
  • El edificio Empire State
  • La Basílica de San Pedro
  • La Gran Muralla China

Las maravillas que todos conocemos, grandiosas obras de la humanidad y la naturaleza.


Sin embargo, mientras los votos se contaban, la maestra notó algo peculiar. Una niña permanecía en silencio, su hoja incompleta. Intrigada, se acercó y le preguntó:

—¿Te cuesta decidirte?

La niña asintió y respondió con una sinceridad desarmante:

—Sí, es que hay muchas cosas maravillosas y no sé cuáles elegir.

La maestra, con curiosidad, le pidió que compartiera lo que llevaba anotado. Dudosa al principio, la niña respiró hondo y comenzó a leer:

—Para mí, las verdaderas maravillas del mundo son estas:

  • Poder ver
  • Poder oír
  • Poder tocar
  • Poder probar
  • Poder sentir
  • Poder reír
  • Y lo más importante… poder amar.

El salón, lleno de murmullos hasta ese momento, se quedó en un silencio absoluto. Era como si aquellas palabras hubieran detenido el tiempo.


Un Recordatorio Vital

La niña había dado una lección que pocos esperaban. Sin pretensiones, había iluminado algo que solemos olvidar en medio de la rutina, las prisas y las ambiciones.


Vivimos maravillados por lo extraordinario, los monumentos imponentes, los avances tecnológicos y los logros materiales. Pero, ¿cuándo fue la última vez que nos detuvimos a admirar las cosas que realmente sostienen nuestra existencia?

  • Abrir los ojos por la mañana y ver la luz del día.
  • Escuchar el sonido del viento o la risa de un ser querido.
  • Sentir el calor de un abrazo o el roce de la hierba bajo los pies.
  • Probar el sabor de una comida casera o el dulzor de una fruta madura.
  • Dejarnos emocionar, llorar, reír y conectar.

Son esos pequeños milagros diarios los que dan sentido a la vida.


Lo Extraordinario en lo Ordinario

En un mundo que nos impulsa a buscar lo grandioso, quizá sea momento de replantearnos qué significa maravillarse. Porque la verdadera riqueza no está en los viajes lejanos ni en las hazañas imposibles, sino en el simple acto de estar vivos y conscientes de ello.


Así que, la próxima vez que busques algo espectacular, mira más cerca: tu cuerpo, tu corazón y tu capacidad de amar son las maravillas más asombrosas que jamás existieron.


¿Y tú? ¿Cuáles son tus siete maravillas del mundo? 🌟


(Montse y Javi de Serena tu Mente)


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1 Comentarios

  1. Anónimo8/09/2022

    Os recomendamos mucho ver https://hoponopono.life/como-controlar-la-ansiedad-con-hoponopono/

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