Toda la Vida Buscándote ... Recuerdas?


Has pasado toda tu vida buscando, tratando de llenar un vacío que sentías dentro de ti. Creías que ese vacío se debía a algo que faltaba fuera: objetos materiales, relaciones, logros.


Asististe a talleres, leíste libros, escuchaste conferencias. Pero sin saberlo, en cada paso, lo que buscabas… eras tú mismo/a.


Te rodeabas de cosas, buscabas en las personas y las experiencias que alguien o algo llenara ese hueco. Incluso cuando orabas, pedías en lugar de agradecer, creyéndote separado/a de la Fuente Creadora, del Amor que lo sostiene todo.


Decías: “Dame”, en lugar de preguntar: “¿Cómo puedo servir a la Vida?”

Rogabas: “Te pido”, en lugar de decir: “Gracias por los talentos que me diste para desafiarme y crecer cada día.”


Te sentías perdido/a, frustrado/a, porque buscabas en los lugares equivocados. No sabías que la búsqueda eras tú.


Hasta que un día, cansado/a de tanto buscar, con el alma abatida, te hiciste las preguntas más importantes:
¿Qué me está pasando? ¿Qué hago aquí? ¿Quién soy? ¿Qué estoy buscando?


Fue entonces, en medio del dolor y las lágrimas, que la Vida te mostró su sabiduría. Esa aparente confusión era un llamado: a despertar, a reencontrarte, a descubrirte, a amarte, a reconocer tu verdadera esencia.

¿Recuerdas ese momento?


Así comenzó tu verdadero viaje. Lo que tanto anhelabas encontrar fuera estaba dentro de ti. Te diste cuenta de que las dificultades eran mensajes, señales que te susurraban:
"Mira hacia adentro. Allí encontrarás las respuestas."


Era tu Ser interno reclamando atención, manifestándose en forma de insatisfacción y desasosiego.


Cuando finalmente cambiaste la dirección de tu búsqueda y te adentraste en tu interior, todo comenzó a transformarse. 


Al observarte desde el corazón, aprendiste a reconciliarte con tus opuestos, a dejar atrás los conflictos internos, y encontraste una serenidad que nunca imaginaste.


Esa paz interior te permitió ver la vida con otros ojos, comprendiendo no solo tus experiencias, sino también las de los demás. Tu capacidad de empatía y conexión creció, y con ello, una nueva dimensión de ti mismo/a emergió.


Lo más hermoso fue descubrir que podías vivir con una mente en calma, escuchando la sabiduría de tu corazón. Y en ese espacio, sentiste el Amor que siempre te envolvió, ese Amor que te sostiene y que eres tú mismo/a.


El viaje ha sido profundamente enriquecedor. Has tomado conciencia de tu esencia, de tu conexión con la Fuente Creadora, y has aprendido a fluir con la Vida. Entendiste que todo lo que te rodea y sucede es parte de ti, y ya no luchas contra la corriente. Ahora vives desde la fuerza de la Vida, manifestando tu auténtica esencia.


Fluyes con todo lo que existe, viviendo desde el Amor, centrado/a en lo que realmente importa. Creas tu camino desde el corazón, compartiendo frutos llenos de luz, energía y Amor con quienes te rodean.


¿Recuerdas?
Este viaje es tuyo, y cada paso, un regalo.

(Montse y Javi de Serena Tu Mente)




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