No encuentro la Paz interior



No encuentro la paz interior

Un buscador espiritual, atrapado en la red de los juicios ajenos y los vaivenes externos, llegó desesperado ante un maestro sabio:

—Maestro, no puedo encontrar mi paz interior.
—¿Y sabes por qué? —preguntó el maestro, mirándolo fijamente.
—No, maestro. Por eso estoy aquí, buscando tu guía y sabiduría.


El maestro reflexionó por un momento, con una leve sonrisa en el rostro, y le dio una instrucción desconcertante:


—Ve al cementerio ahora mismo. Siéntate entre las tumbas y pasa la mañana llenando de halagos a los muertos. Alábales, ensalza sus virtudes y recuérdales lo maravillosos que fueron.


Sin comprender del todo, el buscador obedeció. Pasó la mañana hablando con entusiasmo de los difuntos y regresó al atardecer.


—¿Hiciste lo que te pedí? —preguntó el maestro.
—Sí, maestro, ensalcé a los muertos con todo tipo de elogios.

El maestro asintió y dio la segunda parte de su enigmática tarea:

—Ahora regresa al cementerio. Esta vez, dedícate a insultarlos, critícalos sin piedad y despotrica contra ellos durante toda la tarde.


El buscador, algo perplejo, volvió a obedecer. Cuando la noche cayó, regresó junto al maestro, agotado y aún más intrigado.


—Maestro, he cumplido tus órdenes. Esta mañana alabé a los muertos, y esta tarde los insulté gravemente. Pero ahora necesito saber: ¿qué sentido tiene todo esto?


El maestro lo miró con calma, casi divertido:
—Dime, ¿qué te respondieron los muertos? ¿Se alegraron con tus halagos? ¿O acaso se indignaron con tus insultos?
—Maestro, eso no tiene sentido. Los muertos no pueden reaccionar.


El maestro sonrió con satisfacción:
—Y ahí está tu lección. Haz como ellos. Aprende a no reaccionar.


Si alguien te insulta y enciende tu ira, ¿no ves cómo les entregas el control de tu estado de ánimo?

Si alguien te alaba y te llena de orgullo, ¿no ves cómo pones tu autoestima en sus manos?


Tu paz interior está encadenada a los caprichos de los demás y a las circunstancias que te rodean. Pero tú tienes el poder de romper esas cadenas.


Recupera tu libertad. Suelta el peso de las opiniones ajenas. Porque cuando logres que ni los halagos te eleven ni los insultos te hundan, entonces, y solo entonces, encontrarás la paz interior.


(Montse y Javi de Serena Tu Mente)


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3 Comentarios

  1. Anónimo11/10/2013

    la ausencia de reaciones es ausencia de emociones, somos seres emocionales por naturaleza, de que otra forma nos diferenciamos de los animales y minerales.

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  2. Anónimo10/15/2015

    Los animales tambien son seres emocionales...

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