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Al andar sin barreras, como los zapatos, el cuerpo establece un vínculo directo con el campo electromagnético de la Tierra, lo que no solo equilibra nuestra energía, sino que también nos ancla al presente y nos sintoniza con la naturaleza.
Al caminar sobre hierba, arena, agua o tierra, se despiertan los sentidos, lo que nos permite experimentar un estado de conciencia más elevado, potenciando la capacidad de percibir el momento presente con mayor claridad.
Algunos médicos y especialistas en bienestar han comenzado a recomendar caminar descalzo como parte de una terapia natural. Sugieren que el contacto directo con la Tierra permite al cuerpo absorber electrones, lo que tiene efectos positivos en la salud física y mental.
Andar descalzo también es una oportunidad para reconectar con nuestros sentidos. Sentir el suelo bajo los pies, la temperatura y textura de la tierra o la frescura del rocío sobre la hierba, todo ello activa el cuerpo y la mente, reduciendo la desconexión que solemos sentir en un mundo altamente tecnificado.
Esta práctica también puede verse como un acto de humildad y gratitud, recordándonos que somos parte de algo más grande, favoreciendo la introspección y el crecimiento espiritual.
Al caminar sobre hierba, arena, agua o tierra, se despiertan los sentidos, lo que nos permite experimentar un estado de conciencia más elevado, potenciando la capacidad de percibir el momento presente con mayor claridad.
Esta conexión física se traduce en una mayor armonía interna y en la sensación de formar parte de un todo más grande que nos nutre y sostiene.
Caminar descalzo no solo se siente bien, sino que tiene un profundo impacto en la salud.
¿Qué ocurre en el cuerpo y la mente?
Estos electrones actúan como antioxidantes naturales, ayudando a neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación.
Investigaciones muestran que el andar descalzos en la naturaleza mejora la calidad del sueño, reduce el dolor muscular y el estrés, y equilibra el sistema nervioso, generando una sensación de calma y bienestar mental.
Además, esta conexión con la Tierra también ayuda a regular el ritmo circadiano, potenciando la vitalidad y el estado de ánimo, fortaleciendo su capacidad para combatir enfermedades. Es una forma de regresar a lo esencial, donde el cuerpo y la naturaleza interactúan en armonía.El contacto directo de los pies con la Tierra, favorece el flujo sanguíneo, ya que los músculos y vasos de los pies se activan de manera más natural que cuando están confinados dentro de un calzado. Si tienes problemas circulatorio esto puede ser beneficioso.
Andar descalzo también es una oportunidad para reconectar con nuestros sentidos. Sentir el suelo bajo los pies, la temperatura y textura de la tierra o la frescura del rocío sobre la hierba, todo ello activa el cuerpo y la mente, reduciendo la desconexión que solemos sentir en un mundo altamente tecnificado.
Al andar sin zapatos se tiene una experiencia sensorial agradable. Esto genera una forma natural de meditación, donde el contacto físico con la Tierra también desencadena un contacto emocional más profundo.
Andar descalz@ es una de las experiencias más simples y poderosas que puedes regalarte, y lo mejor de todo: está al alcance de todos.
Incorpora la práctica de caminar descalz@ en tu vida diaria es tan fácil como salir al jardín, caminar sobre la playa o dar un paseo por un parque.
Tómate unos minutos cada día para despojarte de los zapatos y experimentar la libertad y bienestar que te ofrece la Tierra.
Atrévete a dar ese paso. ¡Camina descalz@, conecta y siente el poder de la naturaleza fluyendo bajo tus pies!
Si deseas conocer más en profundidad sobre los beneficios de andar descalzos, mira el Episodio 951 de Frank Suarez "Conexión a Tierra"
La tierra cura lo que el hombre no ve!
(Escrito por Montse y Javi de Serena Tu Mente)
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