Viene con auriculares grandes, gafas de sol y una mesa de mezclas emocional.
Y tú ahí, intentando vivir tu vida mientras dentro de ti alguien está mezclando:
-Un poco de preocupación del martes…
-con culpa del 2017…
-más una base rítmica de “¿y si pasa algo?”.
El DJ interno (disc-jockeys) es creativo, eso no se le puede negar. Pero no sabe medir volúmenes.
-Un poco de preocupación del martes…
-con culpa del 2017…
-más una base rítmica de “¿y si pasa algo?”.
El DJ interno (disc-jockeys) es creativo, eso no se le puede negar. Pero no sabe medir volúmenes.
Así que aquí tienes pequeñas “cositas”—muy técnicas, muy potentes, muy revolucionarias—para bajarle el volumen sin romper el set.
1. El botón “Mute Corporal”
Coloca las dos manos sobre tus costillas, como si estuvieras abrazando a un acordeón tímido.
Inhala normal. Exhala más largo que la inhalación.
No hace falta que sea bonito.
No hace falta que sea profundo.
Solo más largo.
Eso manda una señal al cuerpo que básicamente dice:
“La discoteca no está en peligro. Baja el BPM.”
El DJ interno lo siente. Y baja un poco el volumen.
2. El “Track de un solo sentido”
Tu ansiedad mezcla todo: futuro, pasado, cosas inventadas, sospechas cósmicas.
Tú haz lo contrario: dale un estímulo tan simple que no pueda mezclarlo.
Elige un sonido cercano. El más tonto...
El ventilador.
La nevera.
El tic-tac.
Tu respiración.
La cama crujiendo un poquito.
Escúchalo 10 segundos como si fuera el hit del verano.
El cerebro solo puede atender un canal principal.
Cuando eliges uno, la sesión se vuelve más tranquila.
3. La técnica “DJ, sal de mi cabina”
Pon una mano en la nuca.
Sí, ahí, donde empieza la columna.
Aprieta suave con los dedos, como si te activarás un interruptor secreto.
Y piensa:
“Gracias por la mezcla, pero ahora pincho yo.”
Ese toque detrás del cráneo activa una zona que calma la alerta.
Y la frase… bueno, la frase coloca tu identidad en el centro del escenario.
El DJ se retira respetuosamente. A veces indignado, pero se retira...
Pon una mano en la nuca.
Sí, ahí, donde empieza la columna.
Aprieta suave con los dedos, como si te activarás un interruptor secreto.
Y piensa:
“Gracias por la mezcla, pero ahora pincho yo.”
Ese toque detrás del cráneo activa una zona que calma la alerta.
Y la frase… bueno, la frase coloca tu identidad en el centro del escenario.
El DJ se retira respetuosamente. A veces indignado, pero se retira...
4. El cierre del set
Un suspiro largo.
No bello.
No instagrameable.
Solo real.
Ese suspiro es la señal biológica de “fin del episodio”.
Nunca falla.
Ni en humanos ni en animales.
Es un reset interno.
Pruébalo!!
(Escrito por Montse y Javi de Serena Tu Mente y Habilidades para el Éxito)
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